lunes, 11 de febrero de 2013

FAMILIA Y ESCUELA.


En este cole, normalmente se celebra un año el Carnaval y al siguiente las Fallas, alternando estas dos fiestas. En Educación Infantil por lo visto las maestras suelen confeccionar cada año los disfraces de los pequeños, lo cual es un trabajo bastante laborioso (cada una debe hacer entre 20 y 25 disfraces).

La semana pasada las alumnas de prácticas echamos una mano y, además, algunas maestras habían pedido la colaboración de los padres que quisieran venir a ayudar porque, aunque la idea era simple, quedaba poco tiempo para terminar los disfraces. En un principio no parecía que la invitación a los padres hubiera surtido demasiado efecto, pero al final se presentaron cuatro mamás una tarde y la tarde siguiente se unió también una hermana para ayudar.

He de decir que para mí la colaboración con las mamás los dos días fue muy positiva. Probablemente algunos de sus hijos les han hablado de una "seño" nueva, pero sus familias no me conocen, al igual que yo no sé más de su familia que lo que sus hijos me cuentan en el cole, por lo que me gustó tener esta toma de contacto con algunas madres. Terminamos los disfraces, charlamos y pasamos un rato agradable.

En general las familias suelen tener muy poca cabida en las actividades de la escuela y su inclusión en las actividades se limita, como en esta ocasión, a días festivos. Sé que existen escuelas o maestras que se esfuerzan en invitar a los padres regularmente al aula, que organizan talleres donde las familias participan junto con los niños, etc. pero no es lo más común. A veces el hecho de que las familias se queden fuera del centro puede deberse a la falta de tiempo o de interés de los padres, a la poca iniciativa o interés de la maestra, a que el quehacer diario en el centro deje poco margen de tiempo para ello (siempre parece haber mucha tarea por hacer o muchos contenidos que trabajar que no permiten hacer otras cosas)...

En este sentido, he estado dando vueltas a la idea de que en realidad la maestra suele saber poco de las familias: en este cole las reuniones y las entrevistas que convocan las maestras no tienen mucho éxito entre los padres (puede ocurrir que solo acuda a una reunión un padre o una madre de veinte). Y viceversa, las familias no conocen demasiado lo que se hace en la escuela. Y, a pesar de ello, maestra y padres tienen un objetivo en común por el que trabajar, que es el de educar y enseñar a los pequeños.

Hay que tener en cuenta que cada familia es diferente y que la colaboración familia-escuela no debe ser fácil, puesto que en materia de educación existen muchas formas de pensar y de hacer y cada padre, madre y maestra tiene la suya propia; sin embargo, creo que conocerse mejor y dar a los padres la oportunidad de participar en las actividades escolares es beneficioso y enriquecedor para la educación de sus hijos.

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