El método de lectoescritura que se utiliza en el centro es el de Letrilandia de Edelvives, aunque solo se utiliza como hilo conductor; es decir, los alumnos no han comprado los cuadernos y las actividades de lectoescritura no son las que las fichas de Letrilandia determinan, solamente la maestra utiliza las historias sobre el país de las letras como un elemento introductorio motivador.
Se trata de un método que es básicamente sintético (parte de las unidades más pequeñas) y fonético, y que empieza trabajando con el país de las mayúsculas para introducir progresivamente las letras minúsculas mediante pequeñas historias que cada maestra puede adaptar según las necesidades del aula o las motivaciones de los pequeños (en este caso hay que tener buena memoria porque si fantaseas demasiado, ¡luego tienes que recordar la historia!).
En el aula se han trabajado ya todas las vocales y unas cinco o seis consonantes, que están más o menos afianzadas. Sin embargo, me llama la atención la reticencia de los niños a leer y escribir en minúscula, lo que no sé si será algo generalizado o si en nuestra clase la motivación para la lectura y la escritura es baja. De cualquier forma parece que estas tareas no son bien acogidas.
El proceso de enseñanza-aprendizaje de la lectoescritura es lento, puesto que aglutina a su vez el desarrollo de varios procesos cognitivos: discriminación auditiva, discriminación visual, maduración de la motricidad fina, memoria... No es una tarea sencilla a estas edades, ya que se trata de una etapa en la que quizá no se cuenta con el desarrollo madurativo adecuado, de ahí que en el currículum del 2º ciclo de Educación Infantil no se señale como un objetivo el dominio de la lectura y la escritura, sino que se contempla su iniciación.
Sin embargo, debido a que los requerimientos sociales son cada vez mayores, los niños comienzan a leer y a escribir a edades muy tempranas. Y, en mi opinión, esta prisa por que los pequeños dominen de forma básica la lectura y la escritura antes de llegar a la Educación Primaria hace que se pierda en cierta manera la perspectiva. Considero que es muy importante aprender a valorar la lectura y la escritura antes de iniciarse en ella, proponer estas tareas como algo especial y con utilidad en la vida real (enfoque comunicativo) y, en este sentido, los métodos de las editoriales flojean. Por todo esto la maestra debe procurar aportar esa motivación tan necesaria.
A menudo se echa en falta la motivación en las aulas y también el respeto hacia los ritmos de aprendizaje de cada niño, pues no todos están preparados para realizar los mismos aprendizajes al mismo tiempo.
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